martes, 3 de diciembre de 2013

verborragia

Está bien, 
no debería tener que convencerte. 

Ya te abrí las puertas; 
las ventanas... Las piernas.

Te demostré que te esperaba. 
Que te quería; que me interesaba. 

Fui tuya,  
y en cierta forma aún lo soy. 

Te ofrecí todo mi ser; 
cuerpo, mente y alma. 

Te acepté tal cual sos; así, 
exactamente como vos. 

Te acompañé, 
te di la mano 
y caminé a tu lado. 

Respondí cuando me necesitaste. 
Estuve cuando quisiste verme. 
Ni siquiera te pregunté por qué... 

¿Por qué hoy si, y mañana no? 
Se que no cumplí con tus expectativas. 

Lamentablemente, 
no pude darte lo que buscabas. 

Pero yo no me enojé 
cuando cambiaste de opinión. 

No te guardo rencor; 
ni te tengo bronca. 

No pretendo tampoco olvidarte. 
Ni cerrarme a tu regreso triunfal.

Quedé discapacitada. 
Ni hablar del crónico 
nudo en la garganta; 
simplemente, fallada. 

Ya no quiero confiar 
en la bondad de la gente. 

Me niego. No estoy lista.
No puedo volver 
a decepcionarme tan pronto. 

Otra vez. 
Después de aquella vez. 
Una vez más; 
de nuevo lo mismo. 

El frío rechazo de alguien 
que te conoció realmente. 

De alguien que supo ver, 
escuchar, y entender. 

Pero a pesar de todo;
no me quiso querer. 

Me sentí demasiado pequeña; 
tonta y torpe. A veces, 
cuando pienso en lo impensable, 
el nudo estalla. 
Y las lágrimas vuelven a reinar.

Las botellas de vino 
vacías se juntan;
están de fiesta. 

Mi casa entonces,
se llena de humos. 

Busqué mil maneras de olvidar. 
De superlo. 
Pero nada parece funcionar.

2 comentarios:

  1. "cronico nudo en la garganta"
    "mi casa entonces se llena de humos"...

    buena verborragia

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    1. jaja gracias.. vos sabés como es.
      sale lo que sale, depende el momento...

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