Con un vaso (ni siquiera una copa) de vino, un gato ronroneando en la falda, una película de fondo y tres personas durmiendo en mi casa; me prendo un pucho y te dedico unas palabras. Mi mente y la tinta en mi birome preferida, más un poco de papel, lo demandan:
Mucho puede pasar en poco tiempo, así como poco puede pasar en mucho. Las sensaciones son indiscutibles. Las miradas silenciosas suelen gritar eufóricamente. Las nuestras fusionadas, al menos. Es un caso en particular. Una situación en especial.
Del calor extremo, pesado y sofocante, nació el fresco viento que anunció la lluvia de ésta mañana. A ésta altura estoy sola con éste papel. Ya no hay más vino, todos los demás entre sueños. Tengo sólo música, cigarrillos de sobra, agua, y tu recuerdo.
La música también se quedó dormida. Ahora sólo tinta, puño, letra, ésta hoja algo tachada, vos y yo. "Cara a cara". Estás conmigo. Bienvenida a mi mundo, te estaba esperando. No te preocupes, mientras estés acá nada malo te va a pasar.
No hay problema que no podamos resolver. Nada sería increíble y a la vez todo; y todo sería posible. Lo irreal tomaría vida. Lo transparente y lo esencial. Prioridad es la paz en general, en total. El amor es el cargador de la batería que inventé para alimentar mi alma. Y tengo mucho que compartirte; si te interesa. Te lo regalo...
Me voy a acostar, intentaré dormir, te busco por allí.
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