Parte Dos
No te alejes por temor a lastimarme,
ni lleves encima el peso de una culpa
que no re corresponde llevar.
Te pido que seas fuerte y paciente,
confiando en nuestro vínculo.
Sos libre ¡Al fin!
Se alzaron las anclas
Se alzaron las anclas
y se desataron los nudos.
Porque yo voy flotando en mi balsa sin remos,
con mucha paz, y a merced de la corriente.
Veo el faro -mi meta, mi destino- moverse y bailar.
Un día está a mi izquierda, otro a mi derecha.
Un día está frente a mí, y al otro yo lo pasé.
Entonces así viajo, a la deriva por la vida.
Probando un poco de todo
(de lo de allí y de lo de acá).
(de lo de allí y de lo de acá).
Queriendo conocer, y aprendiendo al errar;
dejando sin duda muchas cosas al azar.
Tu barco, en cambio, es siempre puntual; siempre constante.
Tiene "GPS", radares, y botes de emergencia.
Tu ruta en el mapa marcada, tan clara,
que cada minuto que pasa
estás más cerca del puerto.
estás más cerca del puerto.
Es algo que se puede apreciar muy bien desde lejos.
Disfrutá tu viaje y no te aflijas al verme flotar
-sin rumbo, y aparentemente sin amar-
Aprovechá, Capitán, que te acompaña el Almirante.
No mires hacia atrás ni sumes sal a éstas aguas;
porque cada uno elige su rumbo y su tripulación.
Su ritmo y su música de fondo.
Sos una hermosa persona,
así en general,
afortunado quién sume amor a tu sonrisa
porque así será inmortal.
Insisto una vez más:
no me esperes.
No te preocupes,
y no temas...
Nos veremos otra vez en alta mar.
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